domingo, 14 de febrero de 2016

Sin lugar a dudas.

He llegado a entender que no amo a una mujer en particular, que amo a una idea, y que esa idea puede estar contenida en cualquier mujer. Que es esa idea lo que deseo.

He terminado por aceptar que lo difícil no es encontrar el amor de la vida sino que ese amor te encuentre también a ti. Y más aún, que por aquello de la idea contenida en cualquier mujer el amor de la vida no existe.

He descubierto que las emociones son de dudosa procedencia y que generalmente guardan algo completamente diferente a lo que expresan.

Que además todo esto es muy evidente pero que tocaba esperar, sin lugar a dudas, a que pasara la energía de los veintes.

Regreso

Varios años después y el mismo sucio sigue debajo de la alfombra. Hay que barrer hacia afuera.

lunes, 6 de febrero de 2012

Mudanza

Si algún día decido otra vez mudarme de ciudad revisaré, antes de hacerlo, el nivel de precipitación de su geografía. Caminar con los zapatos mojados es inaceptable; la tristeza que provoca la suave lluvia constante es intolerable; las gotas sobre los lentes hacen borroso el camino; las baldosas sueltas de las calles que al pisarlas disparan agua negra son insoportables; el agua sucia amontonada por doquier hacen del caminar toda una acrobacia. Las palabras que no llegan, la compañía ausente, la frustración, la ansiedad, la espera y algunas otras alucinaciones se vuelven más intensas con los pies mojados.

domingo, 25 de septiembre de 2011

Tiempo y Espacio

Quisiera que nunca hubiera llegado, porque su presencia incompleta sólo me recuerda lo abandonado que estoy. Ese espacio que me pide es todo el espacio que tengo y al darselo quedo igual de solitario como si no estuviera con ella... Ese tiempo que necesita es todo el tiempo que tengo para darle, y ella lo gasta lejos de aquí...

domingo, 18 de septiembre de 2011

Dudas

¿Qué debe hacerse cuando se quiere a alguien? ¿acaso se deben desarrollar complejas estrategias y tácticas para lograr la atención del ser querido o para inducir una reacción deseada? ¿acaso hay que sucumbir ante los modelos comunes de conquista? ¿acaso hay que conquistar? ¿No es suficiente con el deseo de querer brindar y recibir amor? ¿qué es querer? ¿no es acaso un despojo del ego? ¿por qué nos cuesta tanto el amor; el ajeno y el propio? ¿entregarse al otro es perder libertad? ¿no es acaso bajo el uso de esa condición innata e irrenunciable, que llamamos libertad, que nos entregamos a la otra persona? ¿Por qué surgen todas estas dudas? ¿Por qué guardamos tanta basura en nuestros corazones? ¿acaso son necesarios todos esos vicios del corazón? ¿es realmente necesario mentirse y mentir? ¿para qué hacernos daño? ¿Por qué no queremos que se nos note que nos falta un poquitito de amor?

miércoles, 8 de junio de 2011

Intenciones

Y además digo que mis intenciones son totalmente contrarias a esas que dices, son, por lo menos, hacerte sentir bien... y diré entonces que fue, entre otras cosas, por eso que aquél día que te ví mal quise hacerte sentir bien y no permití que te ausentaras del mundo...

miércoles, 25 de mayo de 2011

La Manera Ambigüa de Guiar

Anoche en otra de mis jornadas de insomnio y ansiedad, pensé en mi cobardía y en lo mucho que posiblemente me ha quitado; negado vivir. Y odié mi cobardía. Entonces, muy firme y miedosamente, decidí  acabar con ella. No tengo ningún plan sistemático para hacerlo, improvisaré y sobre la marcha evaluaré resultados y corregiré métodos. Una de las cobardías que más odié anoche fue esa que me hace evitar cualquier expresión, declaración, insinuación, flirteo, adulación sincera y frentera a una mujer que realmente me estremezca y conmueva. Y pensé en lo triste que es ser valiente y atrevido para lo efímero y cobarde para el corazón. E inevitablemente pensé en ella, una de las muy pocas que me han estremecido hasta los huesos, y conmovido hasta la razón. Y como no hay plan la improvisación me llevó a buscar algo que escribí hace casi un año cuando estuve muy inundado de ella. Quizás esto sea poco para vencer semejante cobardía pero es honesto. Este es el texto escrito el nueve de julio de 2010:


"Me pregunto si ella me recuerda tanto como yo la recuerdo... o si tan sólo me recuerda. Es que son tan pocos recuerdos los que tenemos para repasar...

Aquella noche caminamos bajo la lluvia, yo sostenía el paraguas y ella se agarraba de mi brazo. No sé si lo notó, pero en ese momento fui feliz. Me dijo que ese era su lugar favorito de la ciudad. Yo trataba de seguir caminando tranquilamente y de hablar sin sonar impostado, pero era difícil. Yo moría por decirle que ella tenía la sonrisa más hermosa y encantadora que jamás hubiera visto sobre un rostro y que cuando la escuché cantar por primera vez supe que no sería fácil olvidarla, que no sería fácil olvidarme de sus ojos. Quería decirle que mi visita no fue por azar, ni por Fito, ni por Silvio, ni por desocupe, fue por ella. Desesperaba por decirle que me gustan sus cosas, las que hace, su fútbol, su música (la que canta y compone y la que escucha) su ropa, como viste, sus colores, su cabello, sus movimientos mínimos y su caminar sigiloso, su rostro serio con su mirada diáfana e intimidante. En resumen, sólo quería decirle que me gusta toda ella. Pero no dije nada de eso, sólo solté algunas palabras torpes y tomé una foto de ella conmigo bajo la lluvia, ella sonrió como siempre y ahora no puedo dejar de mirarla.

Hay momentos en los que uno debe hacer o decir algo inolvidable, algo que sorprenda: una palabra, un gesto, un silencio, una mirada. Pero nunca he sabido qué hacer en esos momentos decisivos, es más, nunca he sabido reconocer ese tipo de momentos. ¿Cómo hago para descifrar lo que hay detrás de una frase, de una mirada, de un gesto? Peor aún, ¿cómo hago para saber si hay algo que descifrar, si hay un mensaje escondido detrás de lo obvio? Y el corazón se acostumbra a olvidar".